En estos últimos días hubo contactos y conversaciones con el Rey de España, el Ministro de Cultura, con Presidentes de CCAA, Diputaciones, Ayuntamientos, por parte de los representantes del mundo taurino, para tratar las situaciones creadas de marginación, olvido, ignorancia, desprecio y alejamiento del mundo del toro de las instituciones del Estado, provocadas por este último.

Todo el sector que compone el mundo toro se ha visto desprotegido, aislado, sin saber a quién pertenecía a nivel oficial para saber a que puerta deberían llamar para tratar de resolver o mediar en esta desconexión, desprotección, aislamiento, etc. ante la situación creada por el COVID 19, coronavirus.

La temporada Taurina suspendida radicalmente. Los hombres y mujeres que dependen en su más amplio sentido de la palabra y viven de ella en la cuneta, en el dique seco, en el olvido y sin poder recurrir a nadie. Nadie era competente para querer recibirles y atenderles en el caos que se organizó en el mes de marzo de la noche a la mañana.

Todos andábamos errantes y sin punto de referencia para dirigirse y estudiar esta situación tan tremenda originada y por si faltaba algo, al rumorearse por parte de algún miembro del Gobierno de España, la creación de una Dirección General para el Bienestar Animal, que si la tauromaquia no pertenecía al Ministerio de Cultura, por no ser Cultura, los animalistas con su constante acoso y mortal derribo de lo nuestro, de la Fiesta Nacional, cada día una noticia capciosa y desproporcionada sobre la Fiesta. Era un agobio ya que todo el Sector taurino era rechazado constantemente y se veía sin protección.

La rumología que sonaba igualmente pusieron unas condiciones y decretos encima de la mesa, llevándolo todo a unos extremos máximos que a nadie de otras actividades se los han puesto ni indicado, para poder realizar alguna actividad y menos para dar toros en esta temporada. Algo injusto, marginal, discriminatorio, imposible, aprovechando la ocasión para darnos la puntilla definitiva.

De aquellos contactos que se mantuvieron, en este reino de taifas, cada uno salió demagógicamente del empaque como pudo. Unos respondieron con la boca chica que los toros estaban en Cultura, otros que los toros pertenecían a su Ministerio, que ellos en su CCAA darían toros, que la ley que emanara la de esa D.G. de Bienestar Animal de ninguna forma afectaría a los toros, que los profesionales se acogieran a las ayudas existentes y si no que reclamaran… cuentos para no acabar. Cuantas incongruencias y parches para no coger el toro por los cuernos, de lo cual este Gobiernos de España está muy falto por tantos Ministerios creados y cada uno va a su aire.

Dicho y planteado todo esto como recordatorio, ¿los dirigentes del mundo del toro que hacen?: Volver a casa cada uno, tal vez convencidos que todo lo oído es verdad y hay que seguir esperando. Se creen todo lo que les han dicho con la boca pequeña. Se conforman con el trabajo  realizado en estos días, con esos pasos dados. ¿Creen que es posible dar toros con el 50% o 75% del aforo de una plaza de toros?.

Con lo que estoy diciendo no quiero, ni se me pasa por la mente, el que se ofenda nadie por su entrega en estas actuaciones llevadas a cabo. Lo que quiero decir y decirles que tenemos que apretarnos los machos y seguir haciendo ruido todos los días, hasta que tengamos una solución proporcional para realizar ¡¡Ya !! nuestra actividad. Somos muchos los que estamos con la Cultura, con la fiesta. No podemos decaer y pensar que ya está todo hecho.

Los “paseíllos” organizados y presididos por las figuras y componentes del mundo del toro en casi toda España, han sido en estos días un signo importante de apoyo de los que queremos que se celebren Toros, se nos trate iguales ante la Ley, que la tauromaquia es cultura, que queremos seguir generando ingresos para el Estado, que somos muchos hombres y mujeres los que viven de la tauromaquia, que las dehesas en donde se cría el toro bravo es importantísimo para el mantenimiento del medo ambiente su mejora y bien de los ciudadanos, que generamos una carne exquisita para la alimentación de la sociedad …

Deseo que la nobleza de la familia taurina, no se confunda con el conformismo o la espera prolongada en verse cumplidas las promesas recibidas de un sitio y del otro. Ni conformismo ni espera. Respeto hacia esas instituciones representativas del pueblo que no nos deben de ignorar ni olvidar. Paciencia, pero no indefinida para las soluciones que se han demandado y expuesto. Somos un colectivo educado y respetuoso que como tal se nos debe tratar con la premura que el caso requiere.

No demos mucha tregua o pausa a la solución y promesas que se nos han hecho. Sigamos haciendo ruido hasta ser escuchados de verdad, puntualmente, como han sido amparados otros sectores con menos peso que el taurino-cultural como es el nuestro.

¡¡¡Que Dios reparta suerte y seamos satisfechos pronto!!!