POR:  MARÍA ÁNGELES DÍAZ

Mucho se habla sobre el tema del movimiento feminista, si bien a lo largo de la historia ha tenido logros importantes hoy en día existen algunas corrientes de feminismo radical que no reconozco y con el que no me siento identificada. Recientemente leí unos artículos donde activistas de este movimiento radical atacan la tauromaquia.[1] Según sus palabras, “es un acto de agresión a las mujeres donde se exalta el machismo y se oprime a la mujer”.   Sencillamente no sé por dónde empezar, lo primero que se me viene a la cabeza es lo que siempre pienso cuando leo u oigo a los antitaurinos, hay una profunda ignorancia en sus supuestos argumentos y mucha manipulación.[2]

Como mujer aficionada a los toros desde hace más de 35 años, donde menos diferencia siento y más libre soy es en una plaza de toros, cuando el toro sale al ruedo no hace distinciones, el toro no conoce de razas, géneros, edades, nacionalidades, etc. En el tendido, los aficionados sencillamente sentimos la tauromaquia, independientemente de géneros. Si bien las mujeres podemos tener una sensibilidad distinta, a la hora de emocionarnos, enojarnos, sufrir o aplaudir con lo que sucede en el ruedo somos iguales a quienes tenemos a nuestro alrededor, somos un aficionado más en el tendido.

Sería imposible no reconocer que a lo largo de la historia de la tauromaquia, como en otros espectáculos, ha existido el machismo, pero nunca lo he visto como algo intrínseco a la Tauromaquia sino más bien como un reflejo de la sociedad, como bien dice el dicho: ¿quieres saber cómo está una sociedad? Date una vuelta a una plaza de toros.   Evidentemente no lo justifico, incluso lo padecí, pero tampoco puedo seguir en el pasado y hoy en día la tauromaquia vive la misma apertura que vemos en la mayoría de las sociedades. Actualmente, la tauromaquia ve en las mujeres una parte activa y necesaria, no se puede entender sin la presencia de las mujeres. También se debe de decir: todo es siempre mejorable y aún falta camino por recorrer.

Ahora bien, la exaltación al torero es eso, exaltación al torero no al hombre, es al ser que creó una obra de arte frente al toro, que se jugó la vida en el ruedo. Cuando aplaudimos al torero, se le levanta a hombros, se le tiene como un ídolo, no se está exaltando a la figura del hombre, es a la figura del torero.  Quien no se ha tomado el tiempo de conocer la tauromaquia, de entender cómo se vive por dentro, difícilmente entenderá este concepto. 

También, se habla de un patriarcado en todos los sentidos. Decir eso es no conocer nada sobre el toro bravo, la base de las ganaderías son las vacas bravas, las madres. Es la selección que se haga de las vacas la que va a determinar el rumbo de una ganadería, su papel es fundamental, tan es así que la mayoría de los toros suelen tener el nombre de su madre o hacer referencia a su línea materna. La ganadería brava no se puede entender sin las vacas.  

Es verdad que el papel de la mujer en el ruedo ha estado limitado. Son pocas las mujeres que han destacado y es ahí donde parece que es sólo un mundo de hombres. Atendiendo a la evolución de la sociedad que arriba menciono, hoy en día las escuelas taurinas tienen una alta participación de jovencitas, hay cada vez más mujeres aspirantes a torero que nunca. Pero al final, hay una realidad que atiende a nuestra naturaleza física y es que no estamos hechas igual que los hombres, hay diferencias de carácter físico que no se pueden negar y que hacen que la carrera de la mujer sea más complicada, sobre todo limitaciones durante ciertos pasajes de la lidia. Irónicamente es quizás esta limitación la que ponga más de manifiesto la igualdad que hay en el ruedo, el toro es el mismo para el hombre y la mujer, el toro no sale programado de una forma si es hombre o de otra si es mujer. El toro va a ser el mismo para el torero que tenga enfrente independientemente de su género.  

Considerando lo anterior, hay nombres de mujeres que ya han pasado a la historia de la Tauromaquia[1], sobre todo en el toreo a caballo, y seguiremos viendo a valientes mujeres que siguen su sueño de ser alguien dentro del mundo de la Tauromaquia. Donde también ha habido grandes mujeres que han destacado es en el mundo de la ganadería brava, grandiosas ganaderas que han llevado muy alto el nombre de su ganadería y que han dejado grandes legados en el campo bravo. 

Hay que señalar que las mujeres somos igual de capaces a la hora de desempeñar distintas funciones dentro de una corrida de toros. He de decir que uno de los mejores jueces de plaza que he conocido ha sido una mujer, las cuales también han incursionado exitosamente como empresarias taurinas, apoderadas de toreros, periodistas y comentaristas.

 En fin, desde el inicio de la Tauromaquia, la mujer ha estado presente, ha sido parte activa de un espectáculo que se critica desde muchos sectores y que es manipulado según los intereses del sector en cuestión. Mientras más leo y oigo argumentos de los antitaurinos, en este caso los grupos feministas radicales, más encuentro que se habla desde el desconocimiento o desde intereses que nada tienen que ver con un proteccionismo animal que presumen.

Recientemente escuché un discurso de la escritora Espido Freire en el que habló de los sentimientos que a ella le provocaba la tauromaquia y que atendiendo a esos sentimientos no podía entender que en esta época se siguiera hablando de semejante espectáculo.   Curiosamente los eventos que a ella la horrorizaron tanto y le marcaron el camino que la lleva, desde hace años, a ser parte activa de quienes buscan la abolición de la tauromaquia, son exactamente los mismos eventos que, a la misma edad que a ella, a mí me movieron de tal forma que me llevaron a fascinarme por ese mundo que estaba descubriendo. Yo no voy dando discursos elegantes obligando a los antitaurinos a sentir como yo, sólo pido respeto y libertad. 

[1]  Como la reflexión que propone Marta Vericat Torné en su artículo “El patriarcado y la corrida de toros”. https://revistes.uab.cat/da/article/view/v10-n4-vericat/447-pdf-es

[2] Tal es caso de Ecofeminismo para otro mundo posible y Claves ecofeministas para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales de Alicia Puleo.

[3] Baste para ello revisar los trabajos de Gonzalo Santonja, que se basa en evidencia y no teorías para documentar la presencia de las mujeres en la tauromaquia desde el año 1600.