SOCIOLOGÍA DE LA TAUROMAQUIA: UNA METODOLOGÍA DEDUCTIVA
“Encontré la acción definida pero la Corrida dista mucho de ser sencilla” E. Hemingway en Muerte en la tarde.
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Del niño en Muerte en la tarde
El estado general de la cuestión
El capital cultural de la Tauromaquia detenta un puesto relevante en el conjunto de la sociedad. En los nuevos tiempos estaría, como tal expuesto a lo que puede considerarse como enajenación productiva. Sin embargo, es la conservación de este ingente patrimonio la actitud que se ha adoptado por buena parte de la sociedad española que desde lejos ha recurrido a su protección legal. Entonces, de acuerdo con las actitudes colectivas convertidas en opuestas coordenadas productivas, hoy, surgen tres grupos significados sobre la cuestión: Taurinismo, ataurinismo (1) y antitaurinismo. Este ultimo fuertemente enlazado con un movimiento animalista in crescendo.
Las actitudes: Gusto o disgusto por la Corrida
En el epígrafe anterior, formando parte de la tesis actualmente en curso, se había explicado detenidamente que el gusto por la Corrida por su trama, se decide en nuestra sociedad al margen de la Teoría del Enclasamiento de Pierre Bourdieu.
Pero, al ser un hecho tan trascendente las actitudes colectivas de uno u otro signo ante la Corrida, no solamente en lo que se refiere al aspecto asistencial del espectáculo sino porque además afecta al sentido de la convivencia y por si ello fuese poco, a la continuidad del vasto panorama historiográfico español (Monumentalidad, Literatura, Pinacoteca, Música, Escultura, etc.) interesa poner de relieve la clave principal, sin duda ideológica, de tan desigual y a veces radical, comportamiento.
Del análisis de esta cuestión, la del desigual comportamiento como actitud personal y derivadamente colectiva, se deduce que en el gusto por la Tauromaquia de lo que se trata en realidad es de una convicción en la que juega un papel determinante el grado de este singular conocimiento. Por tanto, ocurre a la inversa en el caso de desafecto. A esta conclusión se llega deductivamente de forma ciertamente objetiva, es decir demostrada (2). Pero hay otro determinante, y es circunstancial, para sustentar las actitudes personales: el resultado emotivo que causa la primera impresión en el asistente a la Corrida y éste es, como no, en más de una ocasión fruto del azar.
Las impresiones en la Corrida
Como en las demás impresiones mentales (subjetivas) ocurre que no se trata de una simple o única percepción sino que indefectiblemente intervienen, acompañadamente otras sensaciones modificadoras (de recuerdos próximos). Se está pues ante de un conjunto, se diría ante un polinomio más o menos reducido de sensaciones. Es, muy especialmente, el caso del gusto o disgusto por la Corrida donde confluyen diferentes sensaciones, por convergentes, determinantes.
El conjunto determinante: Valor del polinomio
Es precisamente esta confluencia de factores emocionales la causa y resumen que determina la emotividad de la Corrida. Y es para la valoración de esta emotividad que se ha elegido parece que innovadoramente, como singular forma demostrativa, una expresión empírica como solución para el conjunto de los términos que con grados variables sobre el ánimo de la persona intervienen.
Se llega así a la valoración del conjunto emocional cuyo resultado, afectivo o desafectivo, forzosamente aritmético, va a depender de los signos y de los valores o índices estimados para cada uno de esos términos, es decir de su planteamiento.
Una primera Ecuación
Para la resolución del planteamiento aritmético, de la ecuación presuntiva, se han tenido como factores o términos determinantes, confluentes, los correspondientes a los conceptos: Arte, Valor, Miedo y Consideración de Daño (A, V, M, D).
Si bien el resultado emotivo es una cuestión intrínseca del propio espectador como también lo son la sensación de miedo o de daño, (sensación espejo), Valor y calidad Artística son apreciaciones personales sí, pero provenientes del actor).
Este conjunto de distintas sensaciones al que se podría denominar con propiedad Complejo Emotivo Taurino, las siglas CET como acrónimo que reúne a los diferentes factores emocionales de la anunciada ecuación.
Entonces, como resultado emocional (afectivo o desafectivo) para la Corrida, podría valer para una primera estimación, el deducido de la siguiente expresión aritmética. Una expresión expresada en Unidades emocionales (U.E.) de los conceptos o términos que, aunque sin valores numéricos contrastados, al menos aproximen como resultado el signo afectivo o de desafecto para el espectáculo taurino.
Esta ecuación que se plantea como posible justificación del dictamen final sobre la lidia no es sino, un sencillo planteamiento matemático: El del resultado de una sustracción entre los dos grupos (3) de Unidades emocionales lo que sería – como se dice – un intento de razonable aproximación hacia la realidad emotiva.
La expresión para esa aproximación al resultado emotivo (RE) positivo o negativo al considerar a la Corrida como espectáculo emocional, no estanco, permeable para otros factores ambientales (3), quedaría simplificadamente así para quien sería observador participativo y es ésta la Ecuación:
- (U.E. Valor+U.E. Artíst)-(U.E.de Daño+ U.E. de Miedo) =RE
Una formulación en la que como U.E. se representa, respectivamente, las referidas “Unidades emocionales” en valores estimados. Más genérica sería la expresión si se añade como nueva variable la ACTITUD (Tenacidad frente a la dificultad que puede presentar la lidia).También sería de la consideración del observador participativo.
(U.E Valor+U E Artíst+ U E Act)-(U E de Daño+U. E de Miedo) =RE
Como se intuye para la expresión se restan a las variables perceptivas las intrínsecamente emocionales
Quedaría claro que como criterio de deducción intencionalmente genérico, esta clase de formulación se basa forzosamente en determinados valores estimativos; serían éstos los correspondientes a esos conceptos preferentes que, por sus esencialidades, son imponderables, por lo tanto lo que se representa como proposición no se corresponde en puridad de criterio con una expresión de igualdad, ni física (psicológica) ni matemática.
Es obvio, dada la conocida naturaleza del espectáculo, que tanto para el término Valor como para el de Arte no debe considerarse el signo negativo, sí sus respectivas nulidades ya que la profesión es la de artista, por tanto de un mínimo nivel.
Los Ejercicios
Un ejemplo muy simple ilustra sobre esta proposición “algebraica”.
Suponiendo un primer caso, el de un espectador que solo diera en toda la expresión, un único valor +1 para la Creación artística (+A), la resolución es bien sencilla al ser, aunque mínimo, positivo también el resultado, el otro término de la igualdad. Porque los otros “valores” que se tuvieron en cuenta para la suma fueron:
U.E. de Valor = 0; U.E. de Daño = 0; U. E. de Miedo = 0
El resultado CET es pues, aunque mínimo, por positivo, afectivo para el espectáculo
Correspondería – se trata de un ejemplo imaginario como muestra para otros parecidos – al caso de un espectador neófito (más bien joven), familiarizado con la aventura o con incómodas o difíciles circunstancias.
Puesto que es la receptividad (un episodio subjetivo) la que sirve de baremo para cada uno de los conceptos fijados como intervinientes, puede deducirse que es al mismo tiempo la familiaridad o proximidad con cada uno de ellos la que hace de indicador de preferencias.
Como obvia consecuencia, la Ecuación Mental ha de ser, por diferentes razones motivadamente diferente según el caso.
Otro ejemplo, un segundo caso el del médico como espectador
A un médico en general o a un cirujano en particular, conocedor que la pérdida de sangre del toro durante la lidia, a pesar de lo llamativo de su visión por estar extendida sobre la piel, es muy inferior (relativamente) a una simple donación en el banco hospitalario, y que la descarga hormonal en este animal cuando ataca tiene efectos anestésicos, no se le pasaría por la imaginación el tema del dolor (- D). Menos aún el de sufrimiento ni el de la crueldad; lo que explica la muy numerosa afición profesional sanitaria al espectáculo taurino.
Esta clase de aficionado constituye un verdadero referente como patrón emotivo de la Corrida toda vez que es, como modelo facultativo al día de hoy, buen conocedor de prácticamente todos los detalles físicos que concurren en la lidia y, además sabe del gran riesgo y de las complicaciones de los episodios traumáticos a los que se expone el torero.
Se comprende que es la graduación artística y la valentía, como binomio (Valorarte), los sumandos que para la Ecuación Mental del facultativo dan lugar a resultado tan (sanitariamente) positivo.
Ni que decir tiene que la infravaloración o desestimación del Valor o del Arte conducirían al resultado emotivo hacia la negatividad. Más aún si concurren en un tercer espectador características propias del arquetipo animalista o simplemente vegano (4).
Comentario final
Dos consideraciones derivadas de lo referido:
Una primera. Decir lo que es obvio, que es el conocimiento o aprecio de cada concepto interviniente (V, A, D y M) y por tanto de la estimación de su respectiva intensidad, lo que determinaría el resultado. A este respecto se llama la atención sobre la enorme proporción de aficionados taurinos, además de los del sector sanitario.(médicos, cirujanos, farmacéuticos, veterinarios, etc.), son los del sector artístico (pintores, escultores, músicos), y literario (poetas, novelistas, ensayistas, historiadores) de los que se cree poseen un acertada ponderación para cada uno de los matices o conceptos del espectáculo taurino. Entonces, va a ser la predisposición individual, la formación, la que introduciría en la fórmula los coeficientes numéricos mayores o menores y sus signos determinantes de la percepción emotiva personal. Una observación ésta, la de la predisposición individual, que se tratará más adelante como determinante al formar parte principal de la tendencia social a favor o en contra de la Corrida.
Y, una segunda consideración. Al menos hasta que se encuentre una escala de valoración más racional o perfeccionada para otorgar con cierta rectitud las Unidades emocionales, una especie de psicometría comparativa, valdría el empezar con la baremación empírica que se expone, no muy distinta de las utilizadas en los concursos de canto, baile o patinaje artístico. O aproximándonos al terreno de la investigación científica, cabe en este sentido citar la utilización del grado escalar para determinaciones analíticas presuntivas (estimativas) como son las de coloración, turbidez o induración (en bacteriología el TCP (5), o en alergología el área de induración o turgencia producida en las pruebas cutáneas.): Los signos +, ++, +++… o sus equivalentes los valores 1, 2, 3 …
(1) Actitud indiferente (2) Más receptividad cuanta más proximidad (Tesis) (3) el perceptivo y el intrínseco (4) Tendencia conductual o similar, familiaridad… (4) Título colibacilar presuntivo
Autor del libro Tratado TAUROGNOSIA.
La afición por los toros de Rafael de Lara data de 1953.
Con unos diez años, en el Colegio de los Salesianos de Córdoba, fui compañero de José Maria Montilla el futuro diestro cordobés a quien dedico un espacio biográfico en este libro. Gracias al Maestro y amigo, he disfrutado de la tauromaquia, su honda tradición, de su emotiva belleza se diría de una manera familiar viviendo de cerca sus singulares episodios…
El Dr. de Lara, en paralelo a su afición taurina emprendió su carrera hacia la Universidad de la que fue profesor en Granada. Se doctoró en farmacia cursando además por su vocación intelectual otras diplomaturas que incluso continua en la actualidad con un nuevo doctorado en Ciencias Sociales. En el terreno de la Taurología colaboró en los artículos de la edición de Tauromaquias Integradas de Argumentos de la Tauromaquia. Es autor del libro “La Profesión de Torero. Los Motivos de la Tauromaquia”. Su faceta como investigador es bien conocida no solo en el terreno de las Ciencias, también en el de la propia Tauromaquia.
A él es se deben las creaciones que representa el programa “Tauromatica” como perfeccionamiento de los nuevos útiles para el toreo dotados todos ellos por su racionalidad de la mayor funcionalidad.
Según el autor… “TAUROGNOSIA, como tratado es, sin duda, el resultado de mi afición, de mi preocupación por el futuro de la Fiesta y como no de la importancia de implementar con algunas aportaciones de su contenido, la formación de los jóvenes promesas en las Escuela Taurinas. También de contribuir a la radiación social de la Fiesta y, de reducir ciertas formas enquistadas. Edmund Burke, un gran filósofo británico definió mis propósitos a través de su obra: cuando expresó “Tenemos que conservar en cada generación, lo que es válido y deshacernos de lo que impide su desarrollo futuro”…
Porque como él dice, “La tradición no impide la evolución lógica de la Tauromaquia.”
Esta obra científico – literaria, un auténtico tratado, invita al debate y al entendimiento racional superando tópicos trasnochados, la “disneylandización” de los animales de Ataque y las visiones miopes que tanto preocupan al autor y nos permite examinar con objetividad tanto el pasado como el presente y mirar hacia el futuro de un rito inigualable, de un hecho antropológico dentro de la realidad del contexto actual.
Enrique Martín Arranz
Apoderado, empresario y fundador de la Primera Escuela Taurina Moderna (1976)
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