Sí; es éste mi primer saludo para una audiencia amiga porque el vínculo que nos une es la predilección por la Tauromaquia, la disciplina elegida de las Bellas Artes. Una predilección justificada por su amplia radiación cultural al haber sido durante siglos, como hoy, inspiradora de las demás artes, de la escultura, música, pintura y de la poesía… Y fuente además de tratados costumbristas, de ensayos historiográficos e incluso de ética.
Esta elección implica un claro compromiso: la preservación del excepcional acervo cultural que representa la Tauromaquia nos corresponde a todos, especialmente a quienes bien la conocen. Pues desde la justa advertencia del insigne Federico García Lorca poco se ha hecho para dar a conocer el universo artístico, multifacético, que el Arte del toreo ha generado y genera.
Es el desconocimiento preconizado por el poeta granadino el que sin duda crea animadversión e indiferencia. Hoy, además, las tentativas revisionistas de signo radical dentro de la sociedad, pretenden ocupar todo el espacio, el nuestro, arrasando por conveniencia la tradición histórica de siglos de nuestras costumbres, y parece como si de la radicalidad que se instauró en oriente tomaran ejemplo. El de la destrucción irreparable a la manera talibán. Y aquí, por parecida actitud, la Tauromaquia patrimonio artístico de siglos está en el punto de mira, como allí estuvo el tesoro arqueológico greco-budista de Afganiftán.
Los actos lesivos contra la Cultura son irracionales, impulsivos e irreparables. Así ha sucedido por la inculta ideología talibán: Es prácticamente irrecuperable, por tanto daño, buena parte del patrimonio histórico de Palmira, los Budas de Bamiyán, los tesoros artísticos de Ninrud, Bosra…
Desastres acaecidos invocando una disparatada y perversa “limpieza cultural”, casi del mismo modo que, siglos antes, lo fueron – por otras torpes ideologías sobrevenidas – históricas colecciones de tratados manuscritos o legados irrepetibles.
Es ahora, por la alerta que se anuncia, el momento propicio para la pertinente reacción preventiva. Viene bien nombrar al poeta medieval Bernard de Cluny quien escribió advirtiendo de la trascendencia del momento:
“Es ya muy tarde y la elección entre el bien y el mal está llamando a nuestra puerta”
Por más que se pretenda desde la política que la incultura sea cultura, de nuestro lado ha de surgir la adecuada respuesta: la de la instrucción ofrecida con naturalidad. Es a ella a la que decididamente nos debemos pues, por lo que se ve, no sirven como ilustración ante el desconocimiento, la pléyade de pensadores, filósofos, artistas, escritores y científicos que se han interesado en su íntimo conocimiento y, han aplaudido la Tauromaquia. En capítulos sucesivos, parte de la extensa lista de celebridades – que incluirá expresiones iluminadoras de artistas, de personajes cultos, de premios Nobel – será descrita desde Ernest Hemingway a Camilo José de Cela.
Hoy, además, se puede ofrecer como superior ilustración, como demostración palmaria, que la raza brava es inmune al dolor (de ahí la exactitud su nombre), lo que será tema de amplia exposición por su trascendencia ideológica.
Entonces, provistos más que nunca de seguridad, nuestro compromiso de colaboración cultural, de todos, tiene para empezar, en primera fila, dos primeros estandartes: La seria advertencia del poeta de Fuente Vaqueros inspiradora del Liceo:
«El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo».
El segundo, la seria sentencia desde 1870 del célebre escritor francés de viaje por España, Theophile Gautier:
”Se ha dicho y repetido por todas partes que el gusto por la Corrida se perdía en España y que la civilización la haría desaparecer muy pronto. Si ello hace la civilización, tanto peor para ella porque una Corrida de Toros es uno de los más hermosos espectáculos que el hombre puede imaginar…”
Tras estos estandartes, el Liceo con la Tauromaquia ya entronizada abre sus puertas teniendo como lenguaje propio la corrección, la forma didáctica más adecuada para llegar al aserto:
Para elegir es necesario conocer. De esto se trata.
Y, como premonitoras de la situación en la que estamos, aparecen estas aleccionadoras palabras de George Friedrich Nicolai dignas de tener en cuenta, como respaldo para nuestra misión:
“Es un error dejarse impresionar por las actitudes de gentes que suelen moverse en dirección opuesta a la que creen seguir”.
Sin más. Afectuosos saludos del Presidente
Autor del libro Tratado TAUROGNOSIA.
La afición por los toros de Rafael de Lara data de 1953.
Con unos diez años, en el Colegio de los Salesianos de Córdoba, fui compañero de José Maria Montilla el futuro diestro cordobés a quien dedico un espacio biográfico en este libro. Gracias al Maestro y amigo, he disfrutado de la tauromaquia, su honda tradición, de su emotiva belleza se diría de una manera familiar viviendo de cerca sus singulares episodios…
El Dr. de Lara, en paralelo a su afición taurina emprendió su carrera hacia la Universidad de la que fue profesor en Granada. Se doctoró en farmacia cursando además por su vocación intelectual otras diplomaturas que incluso continua en la actualidad con un nuevo doctorado en Ciencias Sociales. En el terreno de la Taurología colaboró en los artículos de la edición de Tauromaquias Integradas de Argumentos de la Tauromaquia. Es autor del libro “La Profesión de Torero. Los Motivos de la Tauromaquia”. Su faceta como investigador es bien conocida no solo en el terreno de las Ciencias, también en el de la propia Tauromaquia.
A él es se deben las creaciones que representa el programa “Tauromatica” como perfeccionamiento de los nuevos útiles para el toreo dotados todos ellos por su racionalidad de la mayor funcionalidad.
Según el autor… “TAUROGNOSIA, como tratado es, sin duda, el resultado de mi afición, de mi preocupación por el futuro de la Fiesta y como no de la importancia de implementar con algunas aportaciones de su contenido, la formación de los jóvenes promesas en las Escuela Taurinas. También de contribuir a la radiación social de la Fiesta y, de reducir ciertas formas enquistadas. Edmund Burke, un gran filósofo británico definió mis propósitos a través de su obra: cuando expresó “Tenemos que conservar en cada generación, lo que es válido y deshacernos de lo que impide su desarrollo futuro”…
Porque como él dice, “La tradición no impide la evolución lógica de la Tauromaquia.”
Esta obra científico – literaria, un auténtico tratado, invita al debate y al entendimiento racional superando tópicos trasnochados, la “disneylandización” de los animales de Ataque y las visiones miopes que tanto preocupan al autor y nos permite examinar con objetividad tanto el pasado como el presente y mirar hacia el futuro de un rito inigualable, de un hecho antropológico dentro de la realidad del contexto actual.
Enrique Martín Arranz
Apoderado, empresario y fundador de la Primera Escuela Taurina Moderna (1976)
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