“El error en la percepción de daño en la Corrida se debe a la actitud antropocéntrica que es irrefrenable para algunas personas: se enfrentará siempre a la resolución objetiva o científica de inmunidad al dolor que es característica en el toro de raza brava.
Muy frecuentemente en los animales se confunde – al no tenerse en cuenta la inexistencia del componente neurológico mental exclusivo de los humanos – el reflejo fisiológico, la característica zoológica ante cualquier estímulo, con dolor o sufrimiento (su continuidad). Se atribuiría a la Corrida, erróneamente, daño como consecuencia de una sentimentalidad subjetiva.
Entonces, para poder razonar con propiedad en el caso, se haría bien en conocer en profundidad o al menos básicamente, el significado fisiológico de esa genética antes de emitir un dictamen como veraz. De no ser así, sin conocimiento suficiente, se incurre en una temeridad intelectual: la de presentar un parecer como juicio, máxime cuando, para el supuesto dolor del toro bravo en la Corrida, es evidente su ausencia: la “demostratio ad oculos” que representan sus continuadas embestidas. Es ilustrativo a este respecto lo que la sabiduría popular expresa del Tercio de Varas como “tribunal del supuesto dolor”: “Más empuja el toro bravo contra la puya menos se duele”.
La inexistencia del dolor en la raza brava, en el escaso tiempo de la Corrida, es un tema científicamente resuelto”.
Autor del libro Tratado TAUROGNOSIA.
La afición por los toros de Rafael de Lara data de 1953.
Con unos diez años, en el Colegio de los Salesianos de Córdoba, fui compañero de José Maria Montilla el futuro diestro cordobés a quien dedico un espacio biográfico en este libro. Gracias al Maestro y amigo, he disfrutado de la tauromaquia, su honda tradición, de su emotiva belleza se diría de una manera familiar viviendo de cerca sus singulares episodios…
El Dr. de Lara, en paralelo a su afición taurina emprendió su carrera hacia la Universidad de la que fue profesor en Granada. Se doctoró en farmacia cursando además por su vocación intelectual otras diplomaturas que incluso continua en la actualidad con un nuevo doctorado en Ciencias Sociales. En el terreno de la Taurología colaboró en los artículos de la edición de Tauromaquias Integradas de Argumentos de la Tauromaquia. Es autor del libro “La Profesión de Torero. Los Motivos de la Tauromaquia”. Su faceta como investigador es bien conocida no solo en el terreno de las Ciencias, también en el de la propia Tauromaquia.
A él es se deben las creaciones que representa el programa “Tauromatica” como perfeccionamiento de los nuevos útiles para el toreo dotados todos ellos por su racionalidad de la mayor funcionalidad.
Según el autor… “TAUROGNOSIA, como tratado es, sin duda, el resultado de mi afición, de mi preocupación por el futuro de la Fiesta y como no de la importancia de implementar con algunas aportaciones de su contenido, la formación de los jóvenes promesas en las Escuela Taurinas. También de contribuir a la radiación social de la Fiesta y, de reducir ciertas formas enquistadas. Edmund Burke, un gran filósofo británico definió mis propósitos a través de su obra: cuando expresó “Tenemos que conservar en cada generación, lo que es válido y deshacernos de lo que impide su desarrollo futuro”…
Porque como él dice, “La tradición no impide la evolución lógica de la Tauromaquia.”
Esta obra científico – literaria, un auténtico tratado, invita al debate y al entendimiento racional superando tópicos trasnochados, la “disneylandización” de los animales de Ataque y las visiones miopes que tanto preocupan al autor y nos permite examinar con objetividad tanto el pasado como el presente y mirar hacia el futuro de un rito inigualable, de un hecho antropológico dentro de la realidad del contexto actual.
Enrique Martín Arranz
Apoderado, empresario y fundador de la Primera Escuela Taurina Moderna (1976)
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